Mas, he ahí que Sir Olaf llegó en trineo desde su estepa geográficamente sentimental:
—¡Quiero tus ojos iguales a dos mediodías con lluvia y helados como dos focas en el mismo témpano!
En tu mirar, oh Reina, se posan las golondrinas cansadas; busco tus ojos más largos que la noche de seis meses...
Pero no amo tu risa de lobo, ni la danza que incendia tu pie.
Sir Olaf huyó en su trineo, hacia un país de soles resfriados...
BALADA PARA LOS NIÑOS QUE SERÁN POETAS, Leopoldo Marechal
FANZARA
Hace 13 horas